Eclipse solar
Figura 1: Diferentes tipos de eclipses solares: eclipse total (izquierda), eclipse anular (centro) y eclipse parcial (derecha). Fuente: Solar System Exploration, NASA, https://solarsystem.nasa.gov/eclipses/about-eclipses/types/
Cuando la Luna cubre completamente al Sol, hablamos del eclipse solar total. En este caso, la sombra de la Luna, llamada la umbra, cae sobre una pequeña superficie de la Tierra. Cuando la Luna tapa solamente una parte del Sol, hablamos de un eclipse solar parcial y lo que cae sobre la superficie de la Tierra es su semi sombra o la penumbra. Debido a que la Tierra rota y a que la Luna se mueve alrededor de ella, la sombra de la Luna viaja sobre la superficie terrestre a lo largo de un camino de unas cuantas decenas de kilómetros de ancho. Por otro lado, el ancho de la penumbra es mucho mayor, ya que puede medir varios miles de kilómetros. Cuando ocurre un eclipse solar total, este puede observarse de una región en la Tierra pequeña. Durante el mismo evento, el eclipse parcial puede observarse de una región de la Tierra muchísimo mayor.
La órbita de la Luna alrededor de nuestro planeta no es un círculo, sino que es un poco alargada; por esta razón, el tamaño aparente de nuestro satélite varía a lo largo de su órbita. Cuando la Luna está más lejos de la Tierra, su tamaño aparente es menor y cuando está más cerca, es mayor. Cuando la Luna se encuentra a mayor distancia de nuestro planeta, su tamaño aparente es menor al del Sol. Si durante un tiempo así ocurre un eclipse solar, la Luna no logra tapar el Sol de manera total, sino que alrededor de ella aparece un “anillo de fuego”; entonces en la Tierra observamos el llamado eclipse solar anular. A la sombra que cae sobre la superficie terrestre se le denomina como la antumbra.
Figura 2. Eclipse solar
Eclipse lunar
Figura 3: Eclipse lunar. Fuente: Total lunar eclipse, NASA, https://www.nasa.gov/audience/forstudents/k-4/stories/total-lunar-eclipse
Durante un eclipse lunar total, la Luna no oscurece por completo, sino que se pinta de color rojizo. La razón de esto es la atmósfera terrestre que disipa la luz proveniente del Sol. Diferentes colores que la componen se disipan de diferentes formas. Los colores azul y violeta se disipan más, por lo que quedan removidos. Los colores rojo y naranja se disipan menos y pueden atravesar la atmósfera. Dentro de ella, la dirección de propagación de esta luz cambia, por lo que esta rodea la Tierra y cuando sale de la atmósfera, entra en la sombra de la Tierra e ilumina la superficie lunar durante los eclipses
Figura 4: Eclipse de luna